jueves, 21 de enero de 2010

El Lobo

Levantó su cabeza en torno a mí y abrió los ojos como platos. Esos ojos negros muy parecidos a los de Jake, pero que se veían tristes.
- Jake? Dónde estás? –susurré. El lobo se puso de pie-
Era increíblemente grande! Casi pasaba mi tamaño y sin duda mi ancho. Se acercó sigilosamente a mí y se colocó bajo mi mano, que se encontraba estirada y comenzó a moverse de forma que mi mano acariciara su pelaje.
Era muy suave y caliente, y me hacía acordar mucho a Jacob. Tomé un poco más de confianza y comencé a acariciarlo con intensiones de hacerlo. Él volvió a echarse y yo me senté a su lado. Era increíble, sentía que junto a él estaba segura.
De pronto se paró en seco y camino hacia la casa ¿Quién era? ¿Qué era?. Yo solamente me quedé sentada como estaba.
Al cabo de unos minutos, por la misma puerta donde el lobo había ingresado, salió Jake. Andaba descalzo y llevaba unos pantalones gastados.
- Jake! –corrí hacia donde estaba y lo abracé-
- ¿Qué haces aquí? –tomó mi cara entre sus manos-
- ¿No te alegras de verme? –sonreí tímidamente. Puso los ojos en blanco, y sonrió él también-
- Claro que si, Bella –me besó- Ya te echaba de menos. Pero ¿no te irás? –se le iluminaron los ojos-
- Oh, si lo había olvidado. Quería saber si… quieres a vivir conmigo –dije rogando que su respuesta no fuera un rotundo NO. Al principio puso una cara confusa, que no entendía lo que yo le decía, pero segundos después una gran sonrisa se le marcó en la cara-
- Tus padres lo saben? –dijo antes de responder algo más. Yo imité lo que él había hecho hacía unos minutos y rodé los ojos-
- No y tampoco me interesa. No pueden alejarme de ti –dije segura-
- Hay Bella…
- Déjalo, fui una egoísta, ni debería habértelo preguntado. Alejarte de Billy, de los chicos –sus ojos se iluminaron-
- Si..
- Sabía que no querrías hacerlo, y no quería meterte en aprietos, lo siento… ¿Qué dijiste? –grité al tiempo que analicé lo que había dicho antes de seguir parloteando-
- Que si Bella –me frenó- Claro que quiero ir a vivir contigo. ¿Cómo no voy a querer?
- EN SERIO? –grité como una desaforada-
- Si amor, solamente tendría que ir mañana. Tengo unas cosas que arreglar –sonrió tiernamente-
- Gracias Jake! Me haces la persona más feliz del mundo. Te amo! –me lancé a sus brazos y lo besé-
- Yo también te amo loca Bella.
Pero nuestro beso fue cortado por un ruido de los bruscos frenos de un auto. Oh no! Me veía una gran charla con mis padres.
- Y ese lobo que fue? –le pregunté antes que mis Charlie me regañara, mientras recordaba la gigante criatura de pelaje rojizo-
- Isabella Swan ¿Qué estás haciendo? –gritó Charlie desde su coche-
- Papá, Jake irá a vivir con nosotros –dije alto para que me escuchara. Di vuelta mi cabeza porque no quería ver sus caras de enojo-
- Pero… -suspiró Reneé-
- O sino yo me quedo a vivir con él, elijan ustedes –agregué antes que dieran algo más. Ojala eligieran que fuéramos nosotros, ya que me sentía una idiota si me tendría que quedar en la casa de Jake, invitándome sola-
- Bella, entiende… Debes vivir con nosotros –agregó mi padre-
- Y Jake.
- Bella, déjalo. Nos veremos seguido igual –susurró Jake-
- No, las cosas no son así… -dije enojada. Las caras de mis padres parecían que fueran a explotar-
- Es que… -cuestionó Charlie-
- ¿Qué? Papá, decide. Sabes que sin él no puedo vivir –miré la cara de Jake, que se encontraba detrás mío. Tenía una sonrisa de oreja a oreja marcada en la cara. Charlie bufó-
- Esta bien, puede ir –puso mala cara-
- Gracias, gracias, gracias –fui hacia donde estaba y lo abracé
- Bueno Bella –dijo Jake- Vayan yendo, yo iré mañana.
- Te amo –lo besé- Adiós, nos vemos.

Narra Jacob:
Estaba muy feliz por irme a vivir con Bella. Había estado muy preocupado pensando en lo que sería su marcha y sufriendo por eso. Ahora solo quedaban tres problemas.
- Debía inventarle una historia sobre el lobo.
- No iba a poder transformarme mientras estuviéramos juntos.
- Por las noches mientras dormía debía ingeniármelas para salir de Forks y juntarme con la manada.
Pero la más complicada de las tres cosas era la primera. Me quedaba un día para planear y organizar todo lo que haría y diría. Lejos de esas complicaciones era la persona más feliz del mundo al no tener que separarme de mi Bella. No podría haber vivido mucho tiempo sin ella.

- Espera –sonreí antes de que subiera a la camioneta. Noté como Charlie nos echaba una ojeada y luego arrancaba el coche-
Cuando dobló en la esquina, es decir, que ya no podía vernos, corrí hacia bella que se encontraba al lado de la puerta del monovolumen.
- Te amo! –me dijo. Adoraba que me dijera eso, escuchar un “te amo” de sus labios. Ella era todo lo que yo siempre había esperado, y era como un sueño hecho realidad que ella estuviera enamorada de mí-
Puse un brazo a cada lado de los de ella, encerrándola entre mi cuerpo y el monovolumen. Agaché mi rostro hasta el suyo y la bese tiernamente. Me era difícil controlar mis fuerzas con ella, ya que era tan débil. Pero luego ella comenzó a besarme con más entusiasmo y yo la imité.
- Creo que con esto será suficiente hasta mañana. Tengo mi cuota del día –sonrió en cuanto nos separamos-
- Si, pero por si acaso –reí y le di un pequeño beso. Sentía que ahora que por fin estaba conmigo, debía disfrutar cada segundo que pasaba al lado de ella al máximo-
- Amor, Charlie se enojará –susurró con ojos tristes-
- Oh, Si! Lo siento –me aparté de la puerta- Te amo.
- Estaré esperando a mañana con ansias.
- Sobrevive en Forks sin mí –reímos, y con un ruido estruendoso arrancó el monovolumen y desapareció entre los arbustos-

Cansado y algo mareado me dirigí al interior de la casa.
- Te vas! –dijo Billy con el rostro inexpresivo en cuanto entré-
- Si papá, te echare de menos pero vendré todos los fines de semana a visitarte –sus labios se curvaron en una sonrisa-
- Me pone muy feliz por ti. Disfrútala mucho.
- Gracias. Ah, y papá, lo del lobo.. ¿Qué hago? –agaché la cabeza apenado-
- Tranquilo. Sigue a tu corazón, si es por Sam y los demás, no te culparan. Tu no sabías que ella estaba aquí.
- Debo inventar alguna historia que Bella sea capaz de tragarse.
- Si –dijo de acuerdo conmigo- es una muchacha muy inteligente.
- ¿No puedo…
- Decirle la verdad? –dijo antes que yo pudiera completar la frase. Si, eso quería. No tenía ganas de seguir ocultándole la verdad a Bella ahora que ella también era parte de mi vida-
- Si, eso.
- No lo se Jake –añadió Billy con voz ronca y mirada triste-
- Papá, es Bella. No tenemos secretos.
- Debes hablarlo con Sam.
- Lo haré ya mismo –finalicé y salí disparado hacia el bosque-
Me escondí entre los árboles por si acaso y me quité la ropa. Anudé el pantalón en mi pierna y acto seguido una oleada de fuego recorrió mi columna, provocándome fuertes dolores en las articulaciones. La transformación fue rápida. La quemazón fluyo por todo mi cuerpo y sentí esa llama que hacía de mí algo más, que me convertía a mi en “otro yo”, mi forma lobuna.
Caí ágilmente en mis cuatro patas, y comencé a correr hacia la casa de Sam, poniendo toda mi fuerza en los cuartos traseros.
En cuanto estuve cerca, decidí buscarlo por su mente.

Sam, ¿estás ahí?
Jacob, si. ¿Qué sucede?
Debo hablar contigo…
¿Cómo lobos?
Mm, mejor no. Voy hacia la casa.

Con una nueva pero rápida quemazón volví a quedar en dos piernas. Desaté el nudo de los pantalones. Desaté el nudo de los pantalones, y me los enfundé.
Crucé el bosque hasta llegar a la carretera frente la casa de Emily, donde se encontraba Sam.
- Debo hablar contigo –suspiré. Ya me veía a Sam enojado por mi descuido, pero no era mi culpa-
- ¿Sucede algo malo? –preguntó preocupado-
- Me voy de La Push –dije todo de una, sin enredos-
- ¿Qué? –gritó con cara de enojado-
- Bella me ha invitado a vivir en Forks con ella. No puedo decirle que no! Además, quiero hacerlo.
- Pero debes proteger la reserva.
- Y lo haré, Sam. Saldré todas las noches y veces que me necesites a patrullar. Si lo deseas vendré con el resto de la manada.
- ¿Qué le dirás a Bella?
- Ah, eso… -no sabía como contarle el incidente de esa tarde. Se me hacía muy difícil-
- No me asustes –se puso más serio que antes-
- Bella viajaba a Forks temprano, y yo supuse que ya estaba lejos…
- Pero… -me interrumpió sin dejarme terminar-
- Pero apareció en mi casa esta tarde, y yo había cambiado de fase… Entré a la casa y aparecí como humano, le dije que luego le explicaría que era ese lobo.
- Invéntale algo!
- Sam! Es la mujer de mi vida, no puedo mentirle.
- Pero es una humana!
- ¿Y que hay de Emily? –grite enojado. No habría diferencias entre ellas- También es una humana!
- No es lo mismo –dijo sin saber que más reprocharme-
- Si lo es. Es tu novia, es humana y sabe nuestro secreto. ¿Algo más?
- Estará en peligro… -hizo caso omiso a lo que le dije-
- Yo la protegeré.
- ¿Tú solo?
- Los demás me ayudarán. Son casi mis hermanos, ¿tú no?
- Claro que si, Jacob
- Entonces, ¿cuál es el problema?
- Tu ganas chico, cuéntale. –se rindió. Bien! Jacob 1, Sam 0-
- Muchas gracias Sam.
- ¿Cuándo te irás?
- Mañana al amanecer.
- Estaremos en contacto.
- Cuando me necesiten solo llámenme.
- Eso haremos, mucha suerte.
- Adiós Sam –finalicé-
Estaba feliz. Ya me había quitado dos problemas de encima. Solo me quedaba preparar las maletas y rogar que Bella no temiera de mi. Era lo más importante, no podía perderla, no después de tantos años de amarla en secreto y sufrir sin ella.
En mi mente se aparecieron unas horribles imágenes.

- Bella, debo decirte la verdad… porque te amo.
- Que…sucede? –dijo preocupada mientras llegábamos al bosque-
- Yo…. –me paré en seco. No sabía como decírselo-
- ¿Tu qué Jake?
- Yo, no soy un humano normal. No te asustes –comenzó a retroceder a grandes zancadas-
- ¿Cómo que no? –gritó-
- Soy un hombre lobo… -comenzó a reír a carcajadas- Bella, no es broma –dije serio-
- Ya Jacob, no digas pavadas.
En menos de lo que tardó en pestañear, entré en fase y ella me miró con ojos horrorizados.
- ¡Haaaaay! ¡Ayuda! –gritó y salió corriendo-

No, Bella no era así, creería en mi… o eso era lo que yo quería.

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